En la Baja Edad Media también, debido al influjo que representó la difusión de las traducciones de las obras de los grandes filósofos griegos, especialmente Aristóteles, se produjo un notable renacimiento del pensamiento especulativo. Gran cantidad de comentaristas y glosadores de las obras clásicas pusieron por escrito pensamientos más o menos valiosos. Pero hay unas cuantas figuras que no pueden ser reducidas a simples comentaristas, ya que realizan auténticas superaciones del pensamiento recibido (Martínez-Echevarría, M.A., 1983 “Evolución del Pensamiento Económico”, Madrid, Espasa-Calpe, S.L., pág. 15). Entre ellos destacan principalmente Santo Tomás de Aquino y Nicolás de Oresme, de los cuales hablaremos a continuación.
SANTO TOMÁS DE AQUINO:
Estamos ante uno de los principales teólogos medievales, su filosofía posee gran importancia y desempeña un papel fundamental en el posterior desarrollo de la teoría aristotélica del justo precio o del valor económico.
Dentro de su teología no encontramos un pensamiento económico diferenciado, pero sí reflexiones sobre hechos económicos. La más importante de ellas se encuentra dentro de su Summa Theologiae, 77, donde hace mención del fraude cometido en las compras-ventas.
Comenzó a reflexionar ante los cambios económicos ocurridos en su época. Percibe la existencia de fenómenos propios de los primitivos sistemas de mercado. Al tiempo, se percata de una serie de disquisiciones sobre el monopolio que recae en manos de los gremios, observa que el precio ligado a esto es alto y ello le lleva a ser uno de los primeros autores en lanzar una teoría sobre el denominado “precio justo”, convirtiéndose esta en una de sus dos aportaciones fundamentales. Este precio constituía, según él, un elemento virtuoso, mientras que por su parte el precio que estuviese por encima sería pecaminoso, recordemos a raíz de esto que la Iglesia consideraba a la riqueza como algo sospechoso. Sin embargo, Santo Tomás no fijó un mecanismo para conocerlo, pero sí introduce el salario como parte de él y será aquí donde radique el verdadero valor de su teoría. El problema viene a la hora de establecer qué salario es justo. Según Martínez-Echevarría, esta fórmula es el antecedente de cualquier teoría del valor que se justifique por el lado de la demanda y la teoría moderna del valor económico no es más que el resultado de una gradual maduración del concepto expresado en la “fórmula del precio” de Santo Tomás.
La segunda de sus grandes aportaciones es en la que trata los temas del interés y la usura. Como teólogo señala que los intereses eran algo perverso y que debían estar proscritos en la ley civil, considerados delito. Estamos ante un problema de difícil solución, por una parte se encuentra la realidad social que da especial importancia a las ganancias, y por otra están los teólogos, para los cuales el beneficio es pecado. Como solución se estableció el llamado lucro cesante o lo que se deja de ganar por no invertir, y que permitía el cobro de intereses. Aunque seguía existiendo el problema de cómo cobrarlo. El tema de la usura tuvo gran repercusión.
NICOLÁS DE ORESME:
Otro de los grandes pensadores de la época y como el anterior, sus teorías tuvieron gran repercusión posteriormente.
Nació en Normandía (1323), además de pensador, fue teólogo, obispo de Lisieux, astrónomo,…
Compartiendo esta faceta con Santo Tomás, tampoco en él encontramos una obra específicamente económica, sino menciones de temas económicos dentro de ella. Concretamente, tales temas son: el comercio y la moneda, todo en relación con la figura del rey. Recordemos que nos encontramos en pleno Renacimiento y Oresme escribirá en esta línea, buscando asentar la posición real.
Comencemos con el comercio. Su idea era que el príncipe gobernante no debía oponerse a él sino favorecerlo, creando leyes de protección para permitirle el crecimiento y de esta forma conseguir un doble objetivo: el bienestar de sus súbditos y llenar sus arcas personales. Esta concepción recuerda a la del mercantilismo, teoría política que surgiría a mediados del siglo XVI, considerando pues a Oresme como su precursor.
El segundo tema a tratar por este pensador fue el de la moneda, que le ha valido para pasar a la historia como uno de los primeros monetaristas. En este aspecto el rey también juega un importante papel debiendo velar por su cuidado. En la Edad Moderna, la moneda poseía dos valores, por una parte el intrínseco o valor otorgado por la autoridad competente, y por otro el nominal, es decir el valor de la moneda basándose en el material con el que estaba hecha. En el siglo XVII los niveles de oro y plata son muy escasos. El problema viene a la hora de establecer el valor nominal que solía quedarse muy por debajo del intrínseco, pues la gente se quedaba con los materiales nobles y emitían en vellón. En cuanto a los préstamos, se producía una situación bastante desfavorecida para los banqueros, ya que ellos debían pagar en oro y plata y en España se les devolvía en vellón, para solucionarlo al precio del préstamo había que añadir el llamado premio de la plata que es la gratificación a los banqueros, con todo se encarecían los precios para la monarquía. Según Oresme, el rey era el encargado de fijar tanto el valor nominal como el intrínseco, que debía estar por debajo del primero por los gastos de acuñación. Por tanto, Nicolás crea una teoría sobre la moneda: a esa diferencia entre uno y otro precio la llamó precio de acuñación. El príncipe debía además controlar la moneda y mantener su estabilidad, pues se percata de que las devaluaciones afectaban negativamente al pueblo. Además estableció una serie de actos considerados ilegales y por tanto se les debía penar por la ley:
- El cambio, custodia y tráfico de monedas, de los cuales nadie podía sacar beneficio.
- La alteración de la moneda, siendo esto lo más grave para él. En su pensamiento, el rey tenía la máxima autoridad para el control monetario, quien alteraba la moneda alteraba al rey, de ahí que sea tan grave tal situación.
EL MERCANTILISMO.
Con este nombre se conoce a un conjunto de escritos económicos, unidos a la práctica económica de Europa desde mediados del siglo XVI hasta mediados del XVII. Fue un término acuñado por Adam Smith para designar a todos aquellos que entendían que la economía era sobre todo un sistema de comercio.
Conlleva dos ámbitos de estudio, el pensamiento económico por un lado y las medidas del gobierno y realidad económica por otro. Nosotros nos centraremos en el primero.
Entre sus características podemos citar el intervencionismo del Estado, contrario al libre mercado. Esto corresponde al crecimiento, en los siglos modernos, de la figura del rey y su anhelo en participar en todos los aspectos de la vida. Se desarrolla a través de una legislación con dos objetivos:
- Mediar en el desarrollo económico con un aumento de la riqueza para el rey.
- Asentar el poder, tanto económico como social, de las elites.
Tanto el poder del rey como el de la elites, era fundamental para la Edad Moderna. Hoy en día se ha establecido que ambos se consolidaron al tiempo. El mercantilismo ayudó a sustentar esta realidad no oponiendo ambos poderes. El rey era absoluto, pero su voluntad era guiada. Había intermediarios entre la Corte y los ciudadanos: vínculos personales en los que se ofrece apoyo a cambio de servicios.
VICTORIA MOTOS SÁNCHEZ
SANTO TOMÁS DE AQUINO:
Estamos ante uno de los principales teólogos medievales, su filosofía posee gran importancia y desempeña un papel fundamental en el posterior desarrollo de la teoría aristotélica del justo precio o del valor económico.
Dentro de su teología no encontramos un pensamiento económico diferenciado, pero sí reflexiones sobre hechos económicos. La más importante de ellas se encuentra dentro de su Summa Theologiae, 77, donde hace mención del fraude cometido en las compras-ventas.
Comenzó a reflexionar ante los cambios económicos ocurridos en su época. Percibe la existencia de fenómenos propios de los primitivos sistemas de mercado. Al tiempo, se percata de una serie de disquisiciones sobre el monopolio que recae en manos de los gremios, observa que el precio ligado a esto es alto y ello le lleva a ser uno de los primeros autores en lanzar una teoría sobre el denominado “precio justo”, convirtiéndose esta en una de sus dos aportaciones fundamentales. Este precio constituía, según él, un elemento virtuoso, mientras que por su parte el precio que estuviese por encima sería pecaminoso, recordemos a raíz de esto que la Iglesia consideraba a la riqueza como algo sospechoso. Sin embargo, Santo Tomás no fijó un mecanismo para conocerlo, pero sí introduce el salario como parte de él y será aquí donde radique el verdadero valor de su teoría. El problema viene a la hora de establecer qué salario es justo. Según Martínez-Echevarría, esta fórmula es el antecedente de cualquier teoría del valor que se justifique por el lado de la demanda y la teoría moderna del valor económico no es más que el resultado de una gradual maduración del concepto expresado en la “fórmula del precio” de Santo Tomás.
La segunda de sus grandes aportaciones es en la que trata los temas del interés y la usura. Como teólogo señala que los intereses eran algo perverso y que debían estar proscritos en la ley civil, considerados delito. Estamos ante un problema de difícil solución, por una parte se encuentra la realidad social que da especial importancia a las ganancias, y por otra están los teólogos, para los cuales el beneficio es pecado. Como solución se estableció el llamado lucro cesante o lo que se deja de ganar por no invertir, y que permitía el cobro de intereses. Aunque seguía existiendo el problema de cómo cobrarlo. El tema de la usura tuvo gran repercusión.
NICOLÁS DE ORESME:
Otro de los grandes pensadores de la época y como el anterior, sus teorías tuvieron gran repercusión posteriormente.
Nació en Normandía (1323), además de pensador, fue teólogo, obispo de Lisieux, astrónomo,…
Compartiendo esta faceta con Santo Tomás, tampoco en él encontramos una obra específicamente económica, sino menciones de temas económicos dentro de ella. Concretamente, tales temas son: el comercio y la moneda, todo en relación con la figura del rey. Recordemos que nos encontramos en pleno Renacimiento y Oresme escribirá en esta línea, buscando asentar la posición real.
Comencemos con el comercio. Su idea era que el príncipe gobernante no debía oponerse a él sino favorecerlo, creando leyes de protección para permitirle el crecimiento y de esta forma conseguir un doble objetivo: el bienestar de sus súbditos y llenar sus arcas personales. Esta concepción recuerda a la del mercantilismo, teoría política que surgiría a mediados del siglo XVI, considerando pues a Oresme como su precursor.
El segundo tema a tratar por este pensador fue el de la moneda, que le ha valido para pasar a la historia como uno de los primeros monetaristas. En este aspecto el rey también juega un importante papel debiendo velar por su cuidado. En la Edad Moderna, la moneda poseía dos valores, por una parte el intrínseco o valor otorgado por la autoridad competente, y por otro el nominal, es decir el valor de la moneda basándose en el material con el que estaba hecha. En el siglo XVII los niveles de oro y plata son muy escasos. El problema viene a la hora de establecer el valor nominal que solía quedarse muy por debajo del intrínseco, pues la gente se quedaba con los materiales nobles y emitían en vellón. En cuanto a los préstamos, se producía una situación bastante desfavorecida para los banqueros, ya que ellos debían pagar en oro y plata y en España se les devolvía en vellón, para solucionarlo al precio del préstamo había que añadir el llamado premio de la plata que es la gratificación a los banqueros, con todo se encarecían los precios para la monarquía. Según Oresme, el rey era el encargado de fijar tanto el valor nominal como el intrínseco, que debía estar por debajo del primero por los gastos de acuñación. Por tanto, Nicolás crea una teoría sobre la moneda: a esa diferencia entre uno y otro precio la llamó precio de acuñación. El príncipe debía además controlar la moneda y mantener su estabilidad, pues se percata de que las devaluaciones afectaban negativamente al pueblo. Además estableció una serie de actos considerados ilegales y por tanto se les debía penar por la ley:
- El cambio, custodia y tráfico de monedas, de los cuales nadie podía sacar beneficio.
- La alteración de la moneda, siendo esto lo más grave para él. En su pensamiento, el rey tenía la máxima autoridad para el control monetario, quien alteraba la moneda alteraba al rey, de ahí que sea tan grave tal situación.
EL MERCANTILISMO.
Con este nombre se conoce a un conjunto de escritos económicos, unidos a la práctica económica de Europa desde mediados del siglo XVI hasta mediados del XVII. Fue un término acuñado por Adam Smith para designar a todos aquellos que entendían que la economía era sobre todo un sistema de comercio.
Conlleva dos ámbitos de estudio, el pensamiento económico por un lado y las medidas del gobierno y realidad económica por otro. Nosotros nos centraremos en el primero.
Entre sus características podemos citar el intervencionismo del Estado, contrario al libre mercado. Esto corresponde al crecimiento, en los siglos modernos, de la figura del rey y su anhelo en participar en todos los aspectos de la vida. Se desarrolla a través de una legislación con dos objetivos:
- Mediar en el desarrollo económico con un aumento de la riqueza para el rey.
- Asentar el poder, tanto económico como social, de las elites.
Tanto el poder del rey como el de la elites, era fundamental para la Edad Moderna. Hoy en día se ha establecido que ambos se consolidaron al tiempo. El mercantilismo ayudó a sustentar esta realidad no oponiendo ambos poderes. El rey era absoluto, pero su voluntad era guiada. Había intermediarios entre la Corte y los ciudadanos: vínculos personales en los que se ofrece apoyo a cambio de servicios.
VICTORIA MOTOS SÁNCHEZ
4 comentarios:
Muy buena entrada, Victoria.
Un saludo,
David Alonso
En relación con el tema el pensamiento económico en la Edad Media, me saltó la curiosidad sobre si habría influido St. Tomás en los pensadores españoles de la época o qué pensarían ellos sobre estos aspectos que estábamos tratando en clase,…etc. Leyendo, encontré un libro muy interesante, Ensayo sobre el pensamiento económico en España de Marjorie Grice- Hutchinson, en el cuál encontré mucha información. Es un libro pequeñito, 200 páginas aproximadamente y se le muy bien. En fin, como no puedo reproducir todo aquí (os animo a echarle al menos un vistazo) he elegido algunas notas que me han parecido muy interesantes.
Una de las aportaciones más relevante de los escolásticos españoles del siglo XVI sería la siguiente: “Rechazaron la teoría de “precio justo” según el coste de producción, que a veces se asocia al nombre de Duns Scotto y a los opositores de los dominicos seguidores de Santo Tomás. La posición de los escolásticos españoles fue que si un mercader trataba de transferir los costes de producir o adquirir un artículo a sus clientes, este comportamiento mercantil sería “ilícito” o no ético.”
“Los doctores españoles realizaron una contribución útil a la teoría del valor. En su doctrina del “justo precio” consolidaron los avances hechos por sus predecesores medievales, comprobaron las viejas ideas aplicándolas a la situación contemporánea, y transmitieron a la generación siguiente una teoría del valor más satisfactoria y completa.”
(120p)
Sobre el tema precio-coste opinaban: “La escuela española argumentaba que los cristianos tenían el deber moral de cargar o bien (1) no más que el precio legal para el producto tal como lo estipulaban las autoridades en tiempos de control de precios, o bien (2) el precio habitual del mercado, y cargar el que fuera menor. Si los costes de producción del mercader resultaban inferiores a dicho monto lícito, entonces la diferencia engrosará su beneficio personal y la doctrina cristiana le permitirá mantenerlo.” (30-31p.)
Como resumen de esta época resaltaría estos dos párrafos que creo que sintetizan a la perfección y con gran claridad la situación.
“Los doctores de Salamanca consiguieron grandes resultados en lo relativo a la teoría monetaria. Preservaron la adición en un mundo rápidamente cambiante y adaptaron la teoría para adecuarla a los acontecimientos contemporáneos. Desarrollaron la teoría del valor medieval con un enfoque subjetivo y agruparon al dinero y a las mercancías bajo una misma doctrina del valor. Vincularon el incremento en el nivel de precios de España con el ingreso del oro y la plata de América y con el mayor volumen de crédito que derivó del comercio americano, sentando así las bases de la teoría cuantitativa del dinero. Formularon una teoría de los cambios internacionales basada en la diversidad del poder adquisitivo del dinero en los diversos países. Y retuvieron el veto formal a la usura aunque moderaron algunos de sus efectos más fastidiosos… (61-62p)”
“Cuando la Escuela de Salamanca había quedado ya muy atrás y el escolastismo había dejado de dominar la forma de pensar de las personas, esta visión subjetiva del valor, o fundada en la utilidad, fue preservada y comunicada a través de generaciones sucesivas hasta que llegó a ser una de las bases de la ciencia económica moderna. Los salamantinos, naturalmente, no podían saber que en su obra latían las semillas de liberalismo económico. Pero… {…} fue algo fortuito e incidental con relación a los dos grandes objetivos de los doctores: mantener la autoridad del derecho canónico y al mismo tiempo aliviar la condena moral que pesaba sobre las conciencias de los comerciantes. (62-63p)”
Para terminar, en relación al tema que surgió en clase sobre la Iglesia y su evolución “económica”me pareció interesante este párrafo que leí:
“Con la aceleración en el ritmo del crecimiento económico y el aumento en el número de integrantes de la comunidad mercantil hubo preocupación entre los canonistas y los teólogos ante la creciente brecha que se abría ente el estilo de vida de los primeros cristianos y el del mundo empresarial contemporáneo. Los mercaderes, después de todo, buscan el beneficio, y esa búsqueda del beneficio era contemplada con recelo. Se aprobaba un beneficio moderado derivado de las ventas, pero el beneficio sobre los préstamos era virtualmente prohibido por el derecho canónico. Esta prohibición provino quizá del deseo de proteger al deudor de las depredaciones del prestamista. Si se hubieses cumplido, es difícil ver cómo hubiese sido posible cualquier expansión económica ulterior. Pero con frecuencia la prohibición no fue respetada.” (44p)
Espero que os resulte interesante.
Perdonar que el título del libro y las citas no esten en cursiva, pero en los comentarios parace ser que no se queda fija.
María, te felicito por tu entrada.
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