domingo, 10 de febrero de 2008

ENTRADA FINAL: valoración de la asignatura.

A lo largo de este cuatrimestre hemos ido intercalando clases teóricas con el desarrollo de un trabajo grupal, que incluía memorias semanales vía internet para seguir de cerca el desarrollo del mismo y exposiciones mensuales donde se nos acercaba lo avanzado durante ese mes. A cambio nos veíamos exentos del típico examen cuatrimestral. Todo nos ha servido para conocer otras formas de trabajar, y al menos en mi caso, ha sido gratificante romper un poco con la rutina, al tiempo que eficaz para aumentar los conocimientos del tema a tratar.
Empezamos la andadura con una aproximación a la historia económica, que si bien no puede ser estudiada sin conocimientos sobre otras disciplinas, tampoco la historia puede ser explicada sin hacer remisiones continuas a la economía, pues en mi opinión todo gira entorno a ella. A los estudios económicos de los siglos XVI, XVII y XVIII todavía les queda mucho camino por andar (por el contrario, ¿qué sería de los historiadores?), pero también ha sido mucho lo andado y gracias a ello se vuelve a reafirmar nuestra deuda con respecto al pasado, pues nuestra economía no hace sino recoger los frutos sembrados entonces.
Mediante clase teórica recibimos conocimientos sobre los diferentes pensamientos económicos cuyo desarrollo encierran los siglos modernos: mercantilismo, fisiocracia y liberalismo. Son resultado de la ruptura con la unidad de pensamiento propia de la Edad Media, sustituida ya durante el siglo XVI por una gran diversidad, unida al cambio de mentalidad con tendencia hacia un progresivo subjetivismo, en el que el centro deja de ser Dios para ser ocupado por el hombre. A raíz de la creación de la nación-estado empieza a alcanzar importancia la búsqueda de ganancias nacionales en pugna contra la escasez. Así es como surge en primer lugar el mercantilismo, caracterizado por el intervencionismo del Estado y por tanto contrario al librecambio; le sigue la fisiocracia, teoría muy conservadora que reivindica la importancia de la agricultura como único medio para obtener beneficio; y por último el librecambismo, que a manos de Adam Smith rompe con las tradicionales dependencias feudales y eclesiásticas, para apoyar un libre desarrollo industrial y comercial.
El siguiente punto al que dedicamos varias clases teóricas fue la agricultura, cabe destacar el predominio que tuvo en la vida de las gentes durante la Edad Moderna, por tratarse de una sociedad rural por excelencia, y con el cereal como base alimenticia. La evolución de las técnicas productivas fue lenta, pero siempre con diferencias según el país a tratar, el desarrollo más significativo fue el de Inglaterra.
El resto de temas fueron tratados por medio de los trabajos grupales antes mencionados, que a mi parecer han logrado a la perfección su objetivo haciéndonos profundizar en conocimientos, en la mayoría de los casos, hasta ahora desconocidos. Los gremios, la protoindustria, los precios, el comercio (con América y con Europa), la fiscalidad, los Fugger, los metales y los Países Bajos del grupo de la mañana, y Madrid y los Médicis, del grupo de la tarde, trabajos que hemos podido seguir vía on-line, gracias a la línea innovadora de esta asignatura. Felicitar desde aquí a todos mis compañeros por sus trabajos y por la forma de hacérnoslos llegar por medio de las exposiciones en clase. Pero como no podía ser de otra forma, ha sido a través del tema Comercio con Europa, de cuyo grupo soy componente, con el que más conocimientos he podido adquirir, debido al duro trabajo que hemos estado realizando durante estos últimos cuatro meses mis tres compañeras y yo, que nos ha llevado a consultar numerosas fuentes del tema a tratar y que si bien nos ha aportado una visión bastante completa del intercambio comercial desarrollado entre España y Europa durante los siglos modernos, también nos ha permitido comprobar que todavía quedan muchos interrogantes que cerrar y muchos aspectos que tratar. Agradecer por supuesto a mis compis Susana, María y Beatriz, su vuelco por sacar este trabajo adelante y porque gracias a ellas la labor se ha hecho más llevadera.
Por último, señalar que mi interés por la Historia en la Edad Moderna fue el motivo por el que esta asignatura ha formado parte de mi matrícula de este año y si bien no empecé muy convencida de ello (ya sabéis lo común que es etiquetar una asignatura y hacerlo correr de curso en curso, pues bien esta llevaba la de “dura” y quieras o no la experiencia es un grado y eso preocupaba, unido al tiempo, a mis escasos conocimientos acerca de economía en general), he acabado agradeciendo una experiencia distinta, que aunque nos ha hecho trabajar duro, también nos ha hecho aprender mucho más y ha demostrado que nuevos tiempos nos acechan con las nuevas tecnologías como bandera y que hay profesores dispuestos a tal adaptación.

VICTORIA MOTOS SÁNCHEZ.


1 comentario:

David Alonso dijo...

Victoria, hay una cuestión en cuanto a contenidos en la que debes reparar: no sé si es muy correcto hablar de "estado-nación" para la Edad Moderna y particularmente para los siglos XVI y XVII. El estado-nación es una categoría propia de la Edad Contemporánea, si bien existe un amplio debate al respecto.
Un saludo y suerte con tus exámenes,
David Alonso